La alcachofa tiene origenes árabes. La alcachofa es originaria de la costa mediterránea, probablemente de Sicilia o de Egipto o de las Islas Canarias.
Según la mitología, cuenta que el dios Júpiter se enamoró de Cynara una chica rubia (rubio ceniza) guapísima, que le rechazó y para fastidiarla decidió transformarla en Cynara Scolymus: en alcachofa.
Consta que los romanos y los griegos ya la consumían, pero es gracias a Catalina de Mediccis, a quién le encantaban, que durante la Edad Media y la introdujo en la corte de italiana. A pesar de la creencia, que la alcachofa era afrodisíaca y no era bueno consumirla, ella siguió haciéndolo e hizo que los médicos lo aceptaran. En esa época era carísima y se la consideraba comida de ricos.
En América la alcachofa fue introducida por los franceses en Luisiana y por los españoles en California. También se extendió a Chile y en la Pampa Argentina.
Las alcachofas pertenecen a la familia de las Asteráceas o Compuestas y al género de las Cynaras. Necesitan un clima cálido y es una planta de temporada (bianual y trianual). Puede llegar a medir de 1-1’5 mts. de altura. Crece en terrenos: calcáreos, ricos , neutros, en profundidad y cálidos.